
Somos una organización que buscar ser apoyo para personas con fibromialgia, en el cual nos escuchamos, compartimos experiencias y tips naturales, así como recetas saludables para ayudarnos en el proceso.
Ayudar a las personas con fibromialgia, apoyando, promoviendo y desarrollando talleres saludables y educacionales para manejar mejor nuestra condición.
Ser una organización comprometida en mejorar la calidad de vida en las personas con fibromialgia, siendo una de las 10 principales opciones para ellos.
Holi soy Claudia, tengo 28 años y tengo una condición crónica llamada fibromialgia, desde muy pequeña he sufrido de dolores en las articulaciones y músculos, he pasado de doctor en doctor sin darme una explicación sobre lo que me pasaba, haciéndome exámenes tras exámenes, hasta que en mayo en plena pandemia, me diagnosticaron FM, después
Holi soy Claudia, tengo 28 años y tengo una condición crónica llamada fibromialgia, desde muy pequeña he sufrido de dolores en las articulaciones y músculos, he pasado de doctor en doctor sin darme una explicación sobre lo que me pasaba, haciéndome exámenes tras exámenes, hasta que en mayo en plena pandemia, me diagnosticaron FM, después de tratar de asimilarlo con la ayuda de mi familia, amigos y mi psicóloga, decidí crear este blog, para poder tratar de formar una comunidad en la que todos nos podamos ayudar entre todos a mejorar día a día, un paso a la vez..
Mi historia con la fibromialgia es, creo, muy parecida a la de varios. Idas y vueltas a miles de doctores, todo tipo de estudios y especialidades y ningún resultado. Todo empezó un 28 de marzo del 2018 cuando desperté de una cirugía de vesícula. Ya en mi habitación me invadió un dolor que el año pasado descubrí que era una costocondritis
Mi historia con la fibromialgia es, creo, muy parecida a la de varios. Idas y vueltas a miles de doctores, todo tipo de estudios y especialidades y ningún resultado. Todo empezó un 28 de marzo del 2018 cuando desperté de una cirugía de vesícula. Ya en mi habitación me invadió un dolor que el año pasado descubrí que era una costocondritis. Este dolor me duró horas y la enfermera nunca le prestó atención. Yo creía que era un efecto secundario de la anestesia, pero los meses pasaban y cada tanto estos episodios se repetían. Yo ya estaba cansada de no encontrar respuestas y siempre explicaba "es ese dolor punzante que uno siente cuando se cae de espalda, solo que en mi caso me puede durar días, hasta semanas". Nadie me tomaba en serio. Me mandaron a hacer estudios cardiológicos, neurológicos, me mandaron a hacer terapia psicológica hasta que en el chequeo anual mis análisis de sangre mostraron un resultado que me alarmó porque decía en mayúscula RESULTADO CONFIRMADO Y VALIDADO. Y a partir de ahí sentí que se me desmoronaba todo. Mi médico miró preocupado los resultados y su hijo hizo incapié en el: "Mirá los resultados del SSA-RO, dio positivo" y yo sin saber qué significaba eso. Semanas antes de esta visita al médico yo estaba rindiendo exámenes en la facultad y mi pierna no respondió y me caí, no lo tomé como nada serio, pero cuando lo mencioné me miraron pensativos.
Medicamento para el dolor recetado y me mandaron a casa. El dolor tanto en la pierna como en el pecho seguían ahí y fue ahí cuando mi mamá me dijo que mi última opción era ir a un reumatólogo. Entré a la página de mi clínica y, al azar, elegí un nombre. Me acuerdo de esa calidez humana cuando lo vi por primera vez. Me escuchó atentamente, me dio un fuaerte abrazo y un apretón de manos y en ese momento supe que iba a encontrar respuestas. Me hice análisis de sangre especiales, fui al oftalmólogo para ver si tenía ojos secos, me hice el test del flujo salival para descartar que fuese Sjogren y como los resultados coincidían con lo que mi reumatólogo creía, me mando al hospital público a hacerme una biopsia para terminar de diagnosticarme. Sjogren descartado y la otra opción era la fibromialgia. La poca información que tenía era la de "cuando no saben qué es, siempre te dicen fibromialgia para sacarse al paciente de encima" pero Fernando (que después me enteré que era miembro de la asociación de fibromialgia acá en Argentina) me dijo que no siempre era así. Mi caso se había desencadenado por esa cirugía de vesícula pero que ya mi cuerpo me había estado dando señales. Me confirmó que lo que yo tenía era costocondiritis. El diagnóstico lo encontré sola buscando en #fibromialgia en Instagram. Cuando leí y vi esa foto me puse a llorar porque ese dolor al fin tenía nombre, no era la única que lo padecía y al fin podía decirlo: tengo esto.
Entenderme y encontrarme en esta nueva realidad por la que estoy atravesando es un camino que se va moldeando con el día a día. Hay síntomas nuevos, otras patologías que me aparecieron como consecuencia de la fibro, a veces tengo que modificar las dosis y mil cosas más.
Fernando me dijo que el tratamiento para la fibromialgia son cuatro patas de una mesa que no pueden faltar nunca:
1) la medicación (en mi caso es la pregabalina)
2) la terapia psicológica (para sacar afuera todo eso que nos pasa, para entendernos y que un profesional nos ayude)
3) hacer algo que nos ayude a dispersarnos (yo hago cerámica y pinto)
4) buena alimentación y un buen estilo de vida
La fibro me quitó muchas cosas pero me abrió las puertas a un universo donde encontré gente que me entiende y que comprende mis nuevos límites y se adaptan a mis necesidades. Me pone feliz ver que en este camino puedo ayudar a otros, que nos podamos ayudar mutuamente. Agradezco a la vida por haberme puesto a mi reumatólogo en el camino, creo que si no hubiese sido por él yo seguiría recorriendo consultorios y no obteniendo respuestas. Mi herramienta más poderosa es mi voz y me enorgullece poder alzarla y ayudar e informar a todos aquellos que están transitando este camino o que están acompañando a alguien que vive con fibromialgia.
Mi nombre es Ximena, tengo 26 años y me diagnosticaron Fibromialgia cuando tenía 23 años, en 2018. Pero estoy segura que me acompaña desde que era una niña.
Es difícil saber que uno tiene una enfermedad crónica, es darle nombre a lo que uno siente pero nadie entendía. Es un proceso de aceptar el cuerpo en el que uno vive, pero no corresp
Mi nombre es Ximena, tengo 26 años y me diagnosticaron Fibromialgia cuando tenía 23 años, en 2018. Pero estoy segura que me acompaña desde que era una niña.
Es difícil saber que uno tiene una enfermedad crónica, es darle nombre a lo que uno siente pero nadie entendía. Es un proceso de aceptar el cuerpo en el que uno vive, pero no corresponde. Es luchar cada día para seguir mejorando y tener fe en los tratamientos.
Homeopatía- Fitomedicina.
Psicólogo/a y Psiquiatra.
Alimentación saludable -la Macrobiótica.
Ejercicio físico como yoga, pilates y pscina.
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